¿Qué es el esmalte dental?

En muchas ocasiones os hemos hablado de la importancia de cuidar el esmalte dental. Por eso, en esta ocasión, nos queremos centrar en explicaros qué es y por qué es fundamental que lo cuides.

Empezamos desmintiendo una creencia muy extendida a nivel popular: los dientes no son huesos. Las piezas dentales se componen de diversos tejidos mineralizados, en tres capas principales:

  • Capa externa: esmalte dental.
  • Capa intermedia: dentina.
  • Capa interna: pulpa.

En próximos artículos de nuestro blog os hablaremos de la composición de las otras capas, pero hoy queremos poner el foco en el esmalte dental. Esta capa tiene de 2 a 3 milímetros de espesor y recubre toda la parte visible de los dientes; es translúcida y no tiene terminaciones nerviosas, por lo que es insensible al dolor.

Este tejido está formado en su mayoría por hidroxiapatita y, en menor proporción, de proteínas. Su componente principal hace que el esmalte dental sea el tejido más duro del cuerpo humano. Sin embargo, curiosamente, se trata de un tejido muy frágil y muy sensible a las bacterias. Y lo que es más importante: el esmalte dental no se regenera -de ahí la importancia de cuidarlo-.

¿Qué puede hacer peligrar el esmalte dental?

Ya que no se regenera, es necesario evitar ciertos riesgos. Algunos motivos que pueden poner en peligro el esmalte de tus dientes:

  • Una incorrecta higiene bucal.
  • Tratamientos de blanqueamiento dental no profesionales.
  • Lesiones.
  • Caries.
  • Bruxismo.

¿Cómo proteger el esmalte dental?

Como ocurre en la mayoría de afecciones o patologías bucodentales, la mejor arma es la prevención. Y en odontología, la prevención se llama “correcta higiene bucodental”. A la hora de proteger el esmalte dental, esta es la primera premisa que debes seguir.

Por eso, recuerda siempre mantener la frecuencia y hábitos adecuados de higiene, incluyendo el cepillado con un cepillo de cerdas suaves -o dureza media-; el uso de seda dental -o cepillos interproximales si llevas brackets– y enjuagues bucales no muy fuertes.

Del mismo modo, debes ser precavido con algunos métodos caseros de blanqueamiento dental, como ya os contamos en otro artículo de nuestro blog que pueden ser abrasivos con tu esmalte.

La dieta también es importante: evita los dulces para prevenir caries.

Y como siempre, no olvides tu revisión periódica con tu dentista de confianza. Él será el encargado de comprobar el estado de tu esmalte dental, pudiendo recomendarte, llegado el caso, la aplicación tópica de flúor para remineralizarlo.

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