¿Cuándo fue la última vez que visitaste a tu dentista? Si la respuesta es “no me acuerdo”, es que probablemente haga más tiempo del que te conviene. Y es que no es nada extraño encontrar personas que solo acuden a la consulta del dentista cuando tienen algún tipo de dolencia o patología. Sin embargo, muchas de estas situaciones podrían evitarse si se visita al dentista con la frecuencia adecuada.
Lo recomendable es pedir cita en la clínica dental para revisiones periódicas una vez cada seis meses o, al menos una vez al año. Esta recomendación es para personas que tengan una boca sana, por supuesto. En aquellos casos de pacientes que estén recibiendo algún tipo de tratamiento o sufran alguna patología, la frecuencia debe ser mayor y será indicada siempre por el odontólogo que los esté tratándo. Incluso cuando el tratamiento finalice o la enfermedad bucodental remita, la frecuencia de las revisiones debe ser mayor que para aquellas personas que no han tenido ningún problema previo.
En estas citas periódicas, el dentista revisará dientes y encías para detectar posibles problemas que no hayan sido percibidos por el paciente, como caries o gingivitis. Puede que estas patologías no se hayan manifestado con dolor en el momento de la revisión, pero si existen, pueden afectar de manera negativa a la salud en general. Las revisiones sirven para prevenir y localizar posibles problemas en sus fases tempranas de desarrollo, dando la posibilidad de atajarlos antes de que empeoren. Incluso en pacientes con boca sana, la opinión y consejos del dentista ayudan a mejorar el estado de dientes y encías.
Si tras la cita, el dentista determina que todo está bien, es muy aconsejable someterse a una limpieza dental o proxilasis para eliminar restos de placa bacteriana que se acumula entre dientes y encías a causa de unos hábitos de higiene bucodental inadecuada -si quieres prevenir la aparición de sarro, en esta otra entrada de nuestro blog te damos algunos consejos-.
En el caso de los niños, las visitas regulares al dentista son más que aconsejables por dos motivos principales:
- Sus dientes y encías se encuentran en fase de desarrollo, por lo que detectar posibles problemas es fundamental para poner remedio a tiempo. El dentista examinará que el desarrollo bucodental es el adecuado y podrá diagnosticar con antelación si necesitará algún tipo de tratamiento en el futuro, como la ortodoncia.
- Permite detectar y corregir malos hábitos como la succión o deglución.
- Ayuda a crear la costumbre de visitar al dentista, que puede ser muy estresante para niños y adulto.
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Contenido supervisado y validado por Dr. Manuel Pérez, odontólogo en Clínica Dental PCM y especialista en implantología y cirugía oral.