Todos pasamos por momentos o etapas estresantes a lo largo de nuestra vida. Aunque el estrés tiene consecuencias en muchos aspectos de nuestra salud, son menos conocidos los efectos que este tipo de tensiones provocan en nuestros dientes, pero no por ello dejan de ser importantes.
Si sientes ciertas molestias en tu dentadura y estás atravesando una situación personal o laboral complicada, puede que haya una relación directa. Si sospechas que esto puede estar ocurriendo, no dudes en pedir cita en Clínica Dental PCM, donde podemos ayudarte a solucionarlo.
Uno de los síntomas más obvios de la ansiedad es apretar y rechinar los dientes, sobre todo por la noche, pudiendo llegar a ejercer una fuerza de entre 10 y 35 kilos por diente, apareciendo entonces fuertes dolores de la articulación mandibular y de cabeza. En los casos más extremos se puede llegar a sufrir bruxismo. Cuando esto ocurre la fuerza que se aplica sobre el diente puede llegar a los 150 kilos, ocasionando profundos desgastes, fracturas y grietas en las piezas dentales.
Este desgaste puede incluso reducir el tamaño del diente al 30% de su tamaño original, lo que trae consecuencias aún más graves al quedar los nervios expuestos.
Además, el estrés puede influir en nuestros hábitos de higiene, volviéndose más relajados, lo que puede producir que se acumulen residuos en las encías e incluso acabar provocando gingivitis. SI a esto sumamos que la propia hormona del estrés, llamada cortisol, puede generar inflamación, podemos incluso encontrar casos de periodontitis.
Hemos de tener en cuenta que el estrés afecta también a nuestro sistema inmunológico, debilitándolo y haciendo que seamos más vulnerables al ataque de ciertos virus o bacterias. En estas situaciones pueden surgir unas pequeñas úlceras blanquecinas en las mucosas de la boca o en las encías, denominadas aftas, que deben ser tratadas por profesionales.
Es muy importante detectar estos síntomas, ya que el deterioro provocado en nuestros dientes por el estrés ocurre de manera progresiva y, en ocasiones, no se manifiestan de de forma evidente, lo que puede hacer que no detectemos los daños hasta que no sean claramente patentes o demasiado severos.
Desde Clínica Dental PCM siempre recomendamos acudir al dentista a la más mínima sospecha o molestia y realizar revisiones de manera periódica para detectar y prevenir este tipo de afecciones.
Contenido supervisado y validado por Dr. Manuel Pérez, odontólogo en Clínica Dental PCM y especialista en implantología y cirugía oral.